El desastre que nadie vio venir: todo por un mal cable

¿Qué pasaría si hoy, en pleno funcionamiento de tu empresa, universidad o clínica, se cae la red por completo? ¿Qué pasaría si en una cirugía se pierde la conexión al sistema central o si una transferencia bancaria falla por una simple interrupción?

No es ciencia ficción. Ya ha pasado. Y muchas veces, el problema no está en el servidor, en el software ni en el proveedor de internet. Está… en el cableado.

Sí, ese cable que nadie ve. Ese que está detrás del muro, en la bandeja, dentro del rack. El que no se celebra cuando todo funciona, pero sí es el primero en ser señalado cuando todo falla.

🚨 El lado invisible de un desastre

En los últimos años hemos visto caídas millonarias de operaciones bancarias, apagones tecnológicos en hospitales, fallos en centros de datos, y muchas veces el problema fue el mismo: una mala infraestructura de cableado estructurado o fibra óptica.

¿Por qué? Porque en algún punto del proceso alguien decidió "ahorrarse" unos centavos comprando cable genérico, no certificado o sin garantía. Porque no hubo pruebas. Porque nadie pensó que lo que no se ve, también puede romperlo todo.

📉 ¿Qué tan grave puede ser?

Un cable de baja calidad puede:

• No soportar los estándares de transmisión actuales (como PoE o 10G).

• Generar interferencias.

• Degradarse más rápido con el tiempo.

• Fallar cuando más lo necesitas.

Y ese fallo puede costarte horas de operación, pérdida de datos críticos, interrupción de servicios médicos o financieros, o simplemente una imagen de marca dañada frente a tus clientes.

✅ ¿La solución?

Volver a mirar lo esencial: la infraestructura tecnológica física. Eligiendo marcas confiables como Panduit, Belden y Linxcom, y trabajar con aliados técnicos como Cablecom, que entienden la importancia de hacer las cosas bien desde la raíz.

En Cablecom no vendemos “solo cables”. Vendemos tranquilidad, continuidad, soporte y garantía. Porque lo que está detrás del sistema, también es parte del sistema.